Una demanda laboral infundada generó angustia y caos en un consorcio. Gracias a la diligencia del administrador y el respaldo de un legajo impecable, el consorcio logró defenderse y el empleado obtuvo un contundente rechazo de la demanda.
El consorcio del edificio ubicado en Av. Belgrano vivió meses de escándalo y desilusión tras enfrentar una demanda laboral por parte de Joseph, uno de los encargados. Según el relato del demandante, las condiciones laborales habrían cambiado drásticamente, llevándolo a considerarse despedido de manera indirecta. Sin embargo, la realidad, documentada de manera minuciosa por el administrador del consorcio, reveló otra historia.
Joseph sostenía que, tras el fallecimiento del encargado del edificio, se le habían asignado nuevas tareas y horarios que, más tarde, fueron modificados nuevamente sin previo acuerdo. Según él, esto constituyó un grave perjuicio, lo que lo llevó a considerar la relación laboral terminada por decisión de la empleadora. Pero el consorcio presentó pruebas que desmontaron esta versión: Joseph había aceptado las modificaciones iniciales, y su cese fue una decisión unilateral e infundada.
La demanda, lejos de ser un simple trámite, trajo angustia y caos al consorcio. La comunidad se sintió desprotegida, enfrentando el riesgo de pagar indemnizaciones que consideraban injustas y exorbitantes. Sin embargo, el trabajo diligente del administrador fue clave. Gracias a un legajo laboral impecable y bien documentado, además del poco interés del demandante en la producción de la prueba que fue nula, el juez rechazó la demanda con fundamento en que no existían pruebas suficientes para justificar el reclamo.
El fallo dejó en claro que no se había acreditado ningún incumplimiento por parte del consorcio. Además, destacó la importancia de actuar con buena fe y de registrar adecuadamente las comunicaciones entre empleadores y empleados, un punto que fue crucial para desestimar las acusaciones.
Este caso no solo es un ejemplo de cómo un administrador comprometido puede marcar la diferencia en momentos de crisis, sino también un recordatorio de la importancia de mantener una gestión organizada y transparente. Para el consorcio, el desenlace fue un alivio, pero la experiencia dejó cicatrices en la comunidad, que vivió meses de incertidumbre y tensión.
El fallo es un recordatorio sumamente importante de que nunca está todo dicho y que no es cierta la muletilla “los empleados ganan todos los juicios laborales”. Este es un claro ejemplo de que los juicios deben ser tramitados con conciencia, pruebas y estar debidamente fundados en el derecho.