La Justicia reconoció el derecho de Jimena, Agustín y Elena de ser propietarios del departamento que su familia habitó durante más de 50 años. Este fallo ejemplar pone en evidencia la importancia de la prescripción adquisitiva como herramienta de equidad.
Luis F., esposo y padre de los demandantes, adquirió en 1973 un departamento a través de un plan del Banco Hipotecario. A pesar de haber cumplido puntualmente con los pagos y vivir allí con su familia por décadas, nunca obtuvo la escritura definitiva del inmueble. Durante este tiempo, pagaron impuestos, realizaron mejoras y trataron el departamento como lo que era, su hogar, pero el Banco nunca concretó la transferencia de dominio.
Tras el fallecimiento de Luis, su esposa e hijos decidieron iniciar una demanda por prescripción adquisitiva. En su relato, destacaron cómo el departamento fue el centro de su vida familiar, un lugar que simbolizaba no solo seguridad, sino también los sacrificios de Luis para construir un futuro para ellos.
Por su parte, el Banco Hipotecario reconoció la posesión de la familia pero argumentó que, debido a su transformación en sociedad anónima y a la pérdida de documentación, no podía cumplir con la transferencia del dominio.
El juez destacó que la familia había cumplido con los requisitos legales para la prescripción adquisitiva: posesión pública, pacífica, continua y como propietarios durante más de 20 años. En su fallo, subrayó la función social de este instituto, que busca dar estabilidad jurídica a quienes, como esta familia, han tratado un bien como propio durante un tiempo prolongado.
El fallo reconoció oficialmente a Jimena, Agustín y a Elena como propietarios legítimos del inmueble por resultar los herederos legítimos de Luis. Esta decisión no solo les otorgó la tranquilidad de ser dueños formales de su hogar, sino que también reafirmó el valor de la justicia para corregir situaciones de desigualdad.
La sentencia marca un precedente importante en cuanto a los derechos de las familias que, como esta, enfrentan un proceso judicial para obtener el reconocimiento legal de propiedades que han habitado y cuidado por años.