En 2010 Carolina sufrió la pérdida de su padre, con quien se encontraba distanciada por problemas familiares de larga data. Al margen de los problemas, y como su padre tenia una enfermedad terminal, lo acompañó a él y su esposa durante este proceso ya que no tenian a otra persona que pudiera asistirlos y ya tenían una edad avanzada.
Luego del fallecimiento, Carolina se enteró que su padre y la esposa de éste -al enterarse de la enfermedad terminal que sufría él- habrían "vendido" su único departamento a sus sobrinos.
Si bien le costaba creerlo porque, en la práctica la esposa de su padre seguía viviendo en el departamento, fue ella misma quien se lo confirmó y le reveló que habían hecho esto porque su padre "no la quería" y "no queria que se quedara con el departamento".
Ante esto, Carolina habló con los sobrinos para llegar a un entendimiento pero sin suerte, ellos querían todo para ellos.
Por eso, inició un reclamo civil en busqueda de una indemnización que la compensara por la parte del departamento que por derecho sucesorio le correspondía.
Luego de una fuerte contienda judicial, finalmente, el juzgado declaró que la "venta" del departamento fue "simulada" y que tuvo por objeto desheredarla, y con fundamento en el código civil le reconoció una indemnización equivalente al porcentaje que le legalmente le correspondía.